Descripción
Las espardeñas son gallegas, tienen un sabor parecido a las navajas y normalmente se suelen comer a la plancha o en arroces.
Su cuerpo es blando, aplanado y rugoso. El color es rojo amarronado y con manchas blancas. La boca está rodeada por una corona de tentáculos ramificados y retráctiles que les sirven para alimentarse. Las partículas de las que se alimentan se pegan a los tentáculos por medio de unas papilas adhesivas que poseen.
Probablemente si mencionamos la palabra espardeña, la primera imagen que se te venga a la cabeza sea la tradicional alpargata de tela y esparto, no obstante, en este caso nos estamos refiriendo a otra cosa. Las espardeñas de mar son un equinodermo, es decir, un animal invertebrado marino, al igual que las estrellas de mar. Son mundialmente conocidas como pepinos de mar, cohombros de mar, llongos o espardenyas. Habitan en el fondo de mares y océanos, normalmente arenosos y llenos de piedras, aunque también se encuentran en las cavidades de las rocas marinas. Se pueden encontrar a profundidades de entre 1 y 400 metros.
La carne de este animal es muy apreciada en el mundo de la gastronomía. De hecho, las espardeñas son cada vez más protagonistas en los platos de alta cocina. Su sabor y exclusividad las hacen el aliado perfecto de las creaciones de los chefs.
La parte que se consume de las espardeñas es el estómago de los pepinos de mar.
Hay numerosos tipos de pepinos de mar. Se ha llegado a hablar de hasta 1200 especies. Sin embargo son muy pocas las que se aprovechan para el consumo humano. Esta escasez es la que hace que el precio de las espardeñas sea elevado. No obstante, todo el mundo que las prueba afirma que merece la pena.
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