Descripción
También conocidos como caracol de mar, caracolillo, son unos moluscos de concha robusta, con forma cónica espiral, puntiaguda en un extremo. De color pardo negro. Su tamaño está entra los 3 o 6 mm. Se adhieren a las rocas que quedan sumergidas, en grietas que le sirven para protegerse del oleaje y las corrientes.
Los bígaros son una variedad de moluscos gasterópodos comestibles que se pescan y se consumen habitualmente en nuestro país. También son conocidos con el nombre de caracoles de mar, caracolillos y caramuxos.
Estos caracoles marinos tienen un tamaño o altura de entre 2 y 4 cm, y viven dentro de una concha cuyo color puede variar del gris al negro, con vetas pardas o verdosas, que se caracteriza por su forma espiral que es algo puntiaguda en la parte superior.
Se trata de un marisco de roca, ya que suele vivir agarrado a piedras sueltas y rocas, aguantando el agua necesaria para vivir dentro de su concha cuando baja la marea. Para ello tiene una especie de tapa -que no se come- con la que cierra la concha reteniendo el agua en su interior.
Este marisco, que se alimenta exclusivamente de algas, tiene un delicioso sabor y es entretenido de comer, normalmente como aperitivo o picoteo, una vez cocido y tras extraer su carne ayudados por un alfiler. Los bígaros, son moluscos saludables ya que nos aportan unas 20 kcal por cada 100 g de producto con solo 1g de grasa y sin contenido en azúcares. Son ricos en ácidos grasos saturados y poliinsaturados, y contienen vitamina A, vitaminas del grupo B, vitamina C y vitamina E, así como minerales como el Calcio, Fósforo, Potasio, Hierro y Magnesio.
los bígaros frescos están más sabrosos que los congelados, si has comprado más de los que te vas a comer, puedes congelarlos en una bolsa hermética, mejor en crudo. Cuando los quieras consumir, puedes descongelarlos de forma lenta, pasándolos del congelador a la nevera y al día siguiente proceder a su cocción.
PARA COCINARLOS OS RECOMIENDO ESTA RECETA
Colocamos los bígaros en un colador y los ponemos bajo el chorro de agua, ya que hay que lavarlos muy bien para eliminar todas sus impurezas. Después, los colocamos en un bol grande con abundante agua y sal, y los dejamos dentro durante unos 15 minutos.
Ponemos una cacerola grande con 3 litros de agua y 210 g de sal gruesa, y añadimos unas hojas de laurel. La proporción habitual es 70 g de sal y una hoja de laurel por cada litro de agua. Calentamos y esperamos a que el agua hierva.
Mientras, lavamos otra vez los bígaros bajo el agua y los incorporamos a la cacerola, lo que hará que el agua deje de cocer. Cuando vuelva a hervir, contamos 5 minutos y sacamos los bígaros que ya estarán en su punto, listos para comer, preferiblemente en caliente recién cocidos.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.